Aprecio a la Diversidad
¿Cómo hacer para no temer las diferencias? ¿Cómo entablar una comunicación satisfactoria con quienes poseen puntos de vista diferentes? La diversidad es un factor de conflicto y violencia, como también de creatividad y progreso. ¿Cómo podemos hacer para lidiar creativamente con la diversidad?
El presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, destaca que las enseñanzas del Buda se basan esencialmente en el respeto de la diversidad humana, y que el Sutra del loto enseña un humanismo que consiste en atesorar y valorar al máximo a cada individuo.
Según la interpretación budista, cada ser humano es una manifestación única, original e indispensable de la verdad suprema de la realidad cósmica de la vida. Nichiren describió esto como el principio de “revelar nuestra propia naturaleza intrínseca” (en japonés, jitai kensho). Por ello, según la perspectiva budista, la iluminación no consiste en la transformación de la persona en algo que no es. Se trata más bien de hacer florecer las cualidades positivas que cada individuo posee desde el comienzo. En otras palabras, se trata del desarrollo de la sabiduría y la fuerza vital que permiten al ser humano crear valor (felicidad) para sí mismo y para los demás. La impaciencia, por ejemplo, puede ser causa de irritación o fricción, pero también dar lugar a una acción rápida y efectiva.
La clave está en la convicción de que cada persona es una manifestación única de la fuerza vital universal. Cada individuo posee infinitas posibilidades, inmensurable valor y dignidad. Debido a que las diferencias de género, etnia, cultura o religión son pequeñas ante el valor supremo que todos los seres comparten, el budismo enseña la postura de respeto hacia todas las culturas y tradiciones.
En relación con ello, en la filosofía budista existe un principio que insta a adaptar los preceptos al entorno, mientras ello no transgreda el espíritu fundamental del budismo (en japonés, zuiho bini). Por ello, los miembros de la SGI del orbe entero se dedican a promover actividades que son apropiadas en cada circunstancia cultural con el afán de contribuir a sus respectivas sociedades.
El propósito de budismo es el logro del despertar al valor infinito de la vida, la propia y la ajena. Nuestra postura hacia la diversidad depende de nuestra capacidad de desarrollar la conciencia del preciado valor que tiene cada expresión individual de vida.
[Nota: Adaptación de un artículo presentado en la revista SGI Quarterly, abril 2002.]